11 abril 2008

A MI QUERIDO HERMANO LUCHO Entre tú y yo, recuerdos de confraternidad, de disfrute, de parrandas de risas y llantos, son los que dan partida a nuestros lazos, te abrazo como al aire, como al agua, mi sangre lleva tu genio y mi genio tu sangre somos semillas de un mismo huerto, frutos salidos de la misma humilde rama. Tu corazón late en el infinito y el mío te vigila con vista de águila desde tu primer y tambaleante paso hasta la última gota de la última lágrima. Te miro, ya tan lejano, y solitario, perseguido de raíces que no son tuyas ni fronteras que no acercan distancias y sin que sepas te abrazo como antes, te veo como ayer o como mañana y caminamos juntos, ya no de la mano, sino como hombres, curtidos ydespachados Eres el último atardecer de nuestros viejos el que cantaba cuando yo cantaba y reíamos del mundo, el compañero, el amigo por quien se llega a dar la vida, el dueño de las estrellas que una vez contamos y el socio del mismo cuarto y del desayuno por la mañana. Antes que llegue el tiempo de las moradas, cuando elija tu paso el camino del nordeste y mi rumbo siempre norte siga su curso, te abrazaré otra vez, quizás como siempre, como mi hermano querido, fuiste mejor que yo,y siempre vivirás en mi corazón, yo soy tu hermano que te ama. JUANJO
GUAJIROS PARA LA GUAJIRA. Destruimos a los ídolos con la misma pasión que los creamos. Somos intuitivos, autodidactos espontáneos y rápidos, y trabajadores encarnizados, pero nos enloquece la sola idea del dinero fácil. Tenemos en el mismo corazón la misma cantidad de rencor político y de olvido histórico. Un éxito resonante o una derrota deportiva pueden costarnos tantos muertos como un desastre aéreo. Por la misma causa somos una sociedad sentimental, en la que prima el gesto sobre la reflexión, el ímpetu sobre la razón, el calor humano sobre la desconfianza. Tenemos un amor casi irracional por la vida, pero nos matamos unos a otros por las ansias de vivir. Al autor de los crímenes más terribles lo pierde una debilidad sentimental. De otro modo, al colombiano sin corazón lo pierde el corazón. Gabriel García Márquez